Estos árboles habitan historias.
Caen los ramajes del baldío panorama
dejando desnudas las palabras.
Un sitio hueco
un tronco redondeado
a cincel
pulido y suave ahora
cuando el río fluye
cercano
o cuando simplemente moja
gota a gota
los páramos
amarillentos
bajo esa luna
argentada y violenta,
cierro los libros
sobre los que puse las hojas
marchitadas
las flores secas
opulentas.

Con el roce del dedo
acaricio todo los demás
y de espaldas lentamente
camino, sobre el techo
apaciguado de piedras
que recuerdan un infinito marmóreo.